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Voluntarios ayudan al Banco de Alimentos

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SAN MARCOS – Recoger frutos en agosto evitando abejas y arañas es un trabajo arduo. Pero ese inconveniente vale la pena por el fresco y dulce olor de los cítricos junto con hacer el bien desinteresado, dicen voluntarios como Kim Bolívar.

“Es muy relajante”, dijo el residente de Mission Beach. “Me encanta, y me pone en contacto con la naturaleza”.

Bolívar es uno de los cerca de 200 voluntarios que han encontrado su manera para intercambiar cosechas a través de CropSwap, una organización no lucrativa dedicada a recoger productos agrícolas que luego se le dan al Banco de Alimentos de San Diego.

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La mayor parte de la cosecha se hace en huertos en patios traseros de casas que tienen productos agrícolas -piensen en naranjas y otros cítricos que se dan en una propiedad grande- que de otro modo se desperdiciarían.

CropSwap es la creación de Nita Kurmins Gilson, una mujer de Leucadia que fundó el grupo hace cinco años para dar el exceso de cítricos a los bancos de alimentos. Todo comenzó, dijo recientemente, con “una mujer, una caja, un coche”.

“Simplemente no podía soportar el desperdicio”, dijo Kurmins Gilson al ver la fruta sin recoger del huerto en su patio trasero. La fundadora de CropSwap más tarde se asoció con Jerilyn White y su hija Alexandra White para formar Produce Good, hay que tener en cuenta el doble significado y la pronunciación del nombre “produce” que en inglés significa a la vez hortalizas y también producción.

En mayo, Produce Good logró su registro como empresa sin fines de lucro. CropSwap (“Intercambio de Cosechas”) es su principal proyecto.

En cinco años, CropSwap ha recogido 37 000 libras de productos agrícolas. Aproximadamente 5000 libras que venían del patio trasero del Rancho Santa Fe de Sharam Sobhani, quien dijo que el grupo cosechó limones, naranjas y aguacates de su huerto de 4.5 acres tres veces el año pasado.

Aunque la mayor parte de la obra de CropSwap se realiza a petición de los propietarios deseosos de dar el exceso de fruta, la cosecha de días pasados fue un poco diferente: el cliente era una pequeña granja orgánica comercial en San Marcos que esperaba donar miles de tomates de plantas que están muriendo. Pero para los 10 voluntarios que se presentaron listos con guantes de jardinería, la satisfacción era la misma: recoger una robusta cosecha para alimentar a las personas necesitadas.

“Yo estaba buscando algo bueno para hacer”, dijo el ingeniero aeroespacial jubilado PJ Duke después de terminar de cosechar tomates durante unas horas.

Duke, como Bolívar y otros, se enteró de CropSwap a través de

meetup.com, un sitio web donde se citan personas y explican eventos comunitarios, desde grupos de juego para niños hasta el funcionamiento de clubes y redes empresariales.

La cosecha va al Banco de Alimentos de San Diego, y CropSwap es solo uno de un puñado de grupos cosechadores que donan, dijo el presidente y CEO del Banco de Alimentos Jim Floros.

Proveer productos frescos es “realmente un gran problema”, dijo, y señaló que el año pasado, la cuenta de producción agrícola representó aproximadamente el 37 por ciento de todos los alimentos que su grupo distribuye. Floros dijo que quiere ver que ese número llegue a 50 por ciento.

En cuanto a los voluntarios, dijo que están haciendo algo más que el suministro de alimentos para los hambrientos.

“Estas donaciones van con nuestra estrategia global de pasar de un banco de alimentos a un banco de nutrición”, dijo Floros, un plan diseñado para romper el ciclo de la pobreza y las enfermedades relacionadas con la nutrición y la enfermedad.

Para obtener más información sobre estos proyectos puede visitar

producegood.org.

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