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Jóvenes con delitos menores reciben segunda oportunidad

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SAN DIEGO – La Fiscalía del Condado de San Diego considera que encarcelar a jóvenes que han cometido alguna ofensa no siempre es la mejor solución.

Hace un año, la dependencia inició un proyecto piloto bajo el cual, menores de edad que han incurrido en algún delito, son puestos cara a cara con sus víctimas, en un esfuerzo por que éstos reflexionen y busquen la forma de reparar el daño.

Dicho concepto, conocido como justicia restaurativa, ya ha mostrado resultados prometedores en la comunidad de City Heights, en la que históricamente, se observaba una tasa mayor de ofensas cometidas por jóvenes.

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Bonnie Dumanis, fiscal del Condado señaló que este programa voluntario da una oportunidad a menores de edad que en ocasiones caen en malos pasos, para aprender de sus faltas y resarcir su ofensa.

“Al final del proceso, el menor aprende cómo lo que él o ella hizo afectó a la víctima y a su vez, la víctima comprende qué es lo que estaba pasando en la vida del joven al momento del incidente”, comentó la procuradora de distrito.

Entre las medidas de acción para reparar el daño a víctimas, se encuentra servicio comunitario, restitución, programas o actividades después de la escuela o tomar clases de prevención de drogas y alcohol.

Los participantes son seleccionados con base en la ofensa que cometieron que por lo general, son casos de vandalismo, agresión o robo. Pese a ello, también son elegibles quienes incurrieron en delitos más serios o violaciones de libertad condicional.

Aunado a ello, los jóvenes deben vivir o haber cometido el delito en la zona de Mid-City.

Hasta julio de este año, se había recibido la solicitud de cerca de 50 jóvenes, de los cuales cerca de la mitad llegaron a un acuerdo, mientras que otros 11, se encuentran en la fase de planeación, informaron autoridades.

José Ortega tiene 17 años y reconoce que ha cometido errores, y que este programa no solo cambió su vida, sino también la de su familia.

“He cambiado como persona, ahora soy más respetuoso”, señala el joven, quien formó parte de esta iniciativa con la cual, pudo comprender sobre las malas decisiones que estaba tomando.

“Definitivamente es una segunda oportunidad”, agregó.

Por su parte, Mack Jenkins, jefe del Departamento de Libertad Condicional indicó que este programa busca rehabilitar a jóvenes que no han cometido ofensas graves, para poder concentrarse en aquellos que sí representan un riesgo y requieren estar en el sistema de justicia juvenil.

Randy Mize de la Oficina del Defensor Público coincidió en que esta medida permitirá revertir el alto número de jóvenes que son encarcelados en centros juveniles, al dar una solución que ayude a rehabilitarlos y a su vez beneficie a la comunidad.

“La gente joven necesita consecuencias rápidas y este tipo de programa les dan precisamente eso, además que lleva a la comunidad y la víctima a la mesa para que todos puedan comprender la situación”, subrayó.

La residente de San Diego, Debbie Newkirk aceptó formar parte del programa cuando recibió una llamada por parte de autoridades con relación a un menor de edad que había robado su bolso una semana atrás.

La mujer tuvo la oportunidad de estar frente a frente con el ofensor, quien dijo “realmente se veía arrepentido y avergonzado”, y tuvo la oportunidad de disculparse por su conducta.

“Le dije que debía alejarse de ese camino de destrucción, y al final del día terminamos abrazándonos”, mencionó Newkirk.

Aunque este programa inició en City Heights, la idea es que se extienda a nivel Condado, adelantaron autoridades de la Fiscalía.

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