Advertisement
Advertisement

Jefe de Seguridad Nacional en SD habla sobre el crimen en la frontera

Share

David C. Shaw, de 43 años

Trabajo: Agente especial a cargo, Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos en San Diego

Procedencia: Baltimore, Md.

Educación: Licenciatura en la Universidad de Maryland, Baltimore County; Doctorado en Derecho en la Escuela de Derecho de la Universidad de Baltimore

Formación Militar: Fuerza Aérea, abogado general

Familia: Esposa, tres hijastras

Aficiones: Deportes de equipos de Baltimore, correr, música

SAN DIEGO – Cuando se le preguntó cuál es la principal confusión que la gente podría tener de la Oficina de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el recientemente nombrado agente especial a cargo de la agencia en San Diego respondió: “No creo que la gente sepa quiénes somos”.

No es ninguna sorpresa. La agencia, conocida comúnmente como HSI (Homeland Security Investigation), ha crecido como una sopa de letras de otras agencias federales.

La historia corta: después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el Servicio de Inmigración y Naturalización se fusionó con la aduana y se creó el Servicio de Inmigración y Control de Aduana (ICE). En 2010, se creó HSI dentro de esa agencia con elementos de la oficina de investigación, inteligencia y asuntos internacionales del ICE.

La amplitud de los crímenes que investiga HSI es inmensa, enfocándose en violaciones transfronterizas, desde tráfico de drogas hasta lavado de dinero y pornografía infantil, exportaciones ilegales, trata sexual, terrorismo y contrabando de personas. Sus agentes son investigadores que visten de civiles, muy parecidos a sus homólogos en el FBI.

En San Diego, el recién nombrado líder de la agencia es David Shaw, un exfiscal militar y general de la Fuerza Aérea quien esta emocionado de dejar atrás los juicios de crímenes para investigarlos. Él investigó el contrabando de drogas y el lavado de dinero en el puerto de cruceros en Cocoa Beach, Florida, asistió al director de ICE en Washington, DC y ocupó cargos de liderazgo en Seattle, Miami y Fort Lauderdale.

La semana pasada hablamos con él acerca de su carrera y los problemas que enfrenta en la región de San Diego. Lo siguiente ha sido editado para mayor claridad y brevedad.

PREGUNTA: ¿Cuál fue su experiencia como fiscal militar?

RESPUESTA: Si te unes a una firma de abogados, no creo que te manden a la sala del tribunal en los primeros dos o tres años. Pero desde que entré a la base, me asignaron mi primer juicio. Ir a la escuela de leyes en realidad no te prepara para un juicio... Y eso te convierte en supervisor de inmediato. Estás supervisando… 10 personas y dices, ‘Sólo tengo 25 años de edad’, fue interesante.

P: ¿Cómo se traduce su experiencia como fiscal al cambiar al cuerpo de seguridad?

R: Lo bueno es que aprendes lo importante que es la evidencia – la cadena de custodia, entrevistar a testigos, cuando tienes diferentes historias de diferentes testigos cómo manejarlas en el juicio. Así que creo que en realidad es una gran experiencia para saber cómo construir un caso... Además, es 10 veces más divertido. Ser agente es un trabajo mucho más divertido.

P: ¿Exactamente cuál es la misión de HSI?

R: Nuestro lado es completamente penal. Podemos ir desde casos de drogas y lavado de dinero hasta pornografía infantil y exportaciones ilegales... Nos enfocamos en organizaciones transnacionales. Básicamente somos una agencia fronteriza, así que nuestro objetivo es tratar de detener a esas organizaciones...

Uno siempre quiere ir tras el dinero de las organizaciones criminales, porque en realidad eso es todo por lo que hacen. Es una organización que hace dinero, es un negocio. Puedes quitarles gente, pero ellos simplemente los remplazarán. El dinero es una parte más grande de lo que nosotros hacemos, en realidad es más importante.

P: ¿Cómo compara los estados de Florida y Washington con el área de San Diego?

R: El volumen (de casos) en esta área es más que en cualquier otro lugar... La frontera norte es muy diferente a la frontera suroeste... La frontera norte, es una zanja de 6 pulgadas que nos separa de Canadá. Aquí es como una valla de 15 pies que fue reforzada. Esa parte es única, pero las tácticas y las avenidas que nosotros vigilamos, son lo mismo. Es solo cuestión de meter producto a los EE.UU. y venderlo, aunque en la frontera norte mucho se va al norte. Si un cártel vende cocaína, en Canadá puede terminar por conseguir hasta tres veces el costo.

P: Últimamente ha habido muchos comentarios políticos sobre la construcción de una barda fronteriza más grande y mejor. ¿Qué piensa al respecto?

R:Quieres construir una barda y no quieres construir una barda, lo que sea. Las técnicas (que los contrabandistas) van a utilizar, eso es a lo que le tenemos que seguir el ritmo... No podemos caer en complacencias, porque puedes construir la barda y pensar que los mantiene fuera, pero en realidad no lo hace...

El problema es que las organizaciones son tan ricas, que pueden poner tanto dinero en nuevas tecnologías y nuevas ideas. Solo tenemos que tratar de entenderlas. Nosotros fijamos las reglas de cómo entrar legalmente al país, pero ellos dictan los parámetros de cómo funciona la entrada ilegal, así que solo hay perseguirlos.

P: ¿Qué hay de la tecnología, como aviones no tripulados, que se utiliza para el contrabando de drogas?

R: El problema es que sus motores no pueden transportar tanto peso. Hemos visto pocos, así que no estoy seguro de que lo estén haciendo ahora. Pueden ir por encima de la barda, pueden volar por encima de ella. Creo que en algún momento vamos a verlos, pero yo no sé qué tecnología está realmente en el punto en que los cárteles quieren invertir en ella.

P: Recientemente hemos visto aquí una ola de casos – especialmente de la comunidad cristiana iraquí – de personas que tratan de solicitar asilo en los EE.UU., mientras que supuestamente mienten sobre su verdadera identidad y el hecho de que tienen asilo en otro país. ¿Qué tan común es el fraude de asilo, y que tan difícil es para investigar?

R: El asilo es una cosa muy fácil de demandar... Es difícil para nosotros decir ‘su vida no está en peligro’... La responsabilidad recae sobre nosotros... Cuando alguien encuentra la manera de cometer el fraude, lo contagian a otras personas en esa cultura, así que lo hace difícil...

Los convenios con otros países nos han ayudado... sobre todo México, han sido fantásticos. La verdad esa ha sido la clave.

P: ¿Cómo enfrentará la vigilancia en los lugares de trabajo durante su mando?

R: Si tienes compañías contratando (trabajadores indocumentados), ellos van a venir... Así que si les quitamos ese lado, tal vez podamos detener un poco la marea. Nuestro interés es si están cometiendo un delito. Ellos están contratando a ilegales, y la mayoría del tiempo cuando los contratan, no los tratan muy bien...

Algunas de las leyes para lugares de trabajo no vienen con fuertes sanciones, así que si eres un gran negocio, dices ‘Ok ponme una multa’. Pero si puedes conseguir que gente de la empresa sea responsable en virtud del derecho penal, ahí es donde podemos pegarles.

P: ¿Por qué HSI ha tomado un papel tan importante en las investigaciones de pornografía infantil? ¿No es el FBI quien se encarga de eso?

R: Lo que solían ser cintas VHS que llegaban por la frontera, antes de que llegara el internet y toda la tecnología, era una violación de aduanas porque mercancía ilegal estaba entrando en los EE.UU. Nosotros tenemos un programa de informática forense y nos hemos mantenido en ese carril.

P: ¿Cómo se combate algo así como la pornografía infantil?

R: Creo que las sentencias más altas son realmente la clave. Una vez que se dan cuenta de la sanción que viene, tal vez se desanimen. Es un delito muy difícil de entender... Te sorprendería ver cómo todo lo que está ahí afuera, da miedo. Es por eso que ves tantos organismos que trabajan contra la pornografía infantil. Hay tantas cosas por ahí, que todos sentimos que tenemos que hacer algo al respecto.

Advertisement