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Cosalá: encanto mágico

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Dulces de tradición

Dicen en Cosalá que quien va al pueblo y no come frutas en conserva, es como si jamás hubiera puesto un pie allí.

Ubicado a pocos minutos de la plaza principal, Conservas el Rodeo (Calle Principal Poste 18, Rodeo, Cosalá) es la más famosa casa productora de estos dulces artesanales.

Allí realizan en conserva papaya, limón, calabaza, ciruela y camote, calentando los ingredientes en una olla con agua.

El brazo de José Alberto Sánchez, guía de Cosalá, al sureste de Culiacán, se extiende y señala un cerro muy a lo lejos. Se llama San Nicolás.

Allí, comenta, Heraclio Bernal (1855-1888), bandolero sinaloense, aguardaba con sus hombres. Si escuchaba repicar las campanas en la Parroquia de Santa Úrsula, significaba que había férrea presencia de autoridades y deshacía su camino. Si no, llegaba al pueblo a repartir entre pobres su botín.

“Era algo así como nuestro Robin Hood”, dice José Alberto.

Cosalá, casa para poco más de 6000 habitantes, es una población llena de calles empedradas, faroles y coloridas construcciones coloniales, de adobe o cantera, fascinación para los viajeros.

Comer aquí ceviche, machaca, dulces de leche o fruta en conserva, también tiene su encanto.

Pero al visitar el lugar salta la idea de que si a Cosalá está catalogado como Pueblo Mágico desde 2005, mucho se debe a que aquí se respira ese aire de historias asombrosas como la de Bernal, de mitos y leyendas.

La Parroquia de Santa Úrsula, edificada en 1730 por la Compañía de Jesús, es objeto de varias de ellas. Nuestro guía nos cuenta que fue construida sobre lo que fue un cementerio donde se enterraron al menos 74 personas.

Se dice que bajo la parroquia, hay túneles que fueron escarbados por los jesuitas. José Alberto agrega que el más largo llega a la Capilla de la Virgen de Guadalupe, a unos 10 minutos a pie.

Y al arribar a este lugar consagrado a la Virgen, que cada 12 de diciembre se tapiza de velas, José Alberto suelta una leyenda.

“Frente a la Capilla, en la calle, está lo que se llama el Callejón del Diablo”, explica. “Se dice que durante la Revolución, al Diablo se le veía cabalgando por aquí, regodeándose en la sangre derramada”.

No quedan vivas personas que hayan visto a esa encarnación del mal, pero sí a quienes se ha aparecido otro mito de Cosalá: La Mujer de Blanco.

Se trata de una figura femenina, vestida totalmente de blanco, que ha sido vista levitando, principalmente en una casona donde ahora vive la familia Hernández.

“Yo la he visto dos veces y no da miedo, solo respeto. Es una señora grande, con una larga túnica. Pero no sabemos quién es ni por qué no descansa”, comenta la señora Maria Luisa Hernández, quien nos deja entrar a su propiedad y nos señala el lugar exacto.

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