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Niños y libros en el verano

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Este verano, Fernando Nater, de 11 años, ha leído más de 5.2 millones de palabras

O, como dice el pequeño mientras se acomoda las gafas en el puente de su nariz, “5 millones, 200 000 algo. No sé cuántas exactamente”.

Fernando, quien es alumno de sexto grado, es uno de los 200 niños, la mayoría de hogares de habla hispana, que forman parte de un programa de lectura de verano ofrecido por Vista Unified School District.

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El programa ofrece a los estudiantes un impulso en sus habilidades de lectura y les permite poner a prueba su comprensión de lectura utilizando el software de lector acelerado del distrito. Algunos profesores permiten que las pruebas aprobadas durante el verano sean acreditadas a los estudiantes cuando comienza el año escolar.

De cualquier manera, el programa es un ganar-ganar porque ayuda a mejorar el aprendizaje familiar y anima a la lectura, dicen los organizadores.

Fernando ya ha devorado las novelas de Harry Potter, así como también The Inheritance Cycle una historia sobre un adolescente y su dragón, escrita por Christopher Paolini. Él ahora está a la mitad de Young Jedi Knights, una serie de Star Wars del escritor de ciencia ficción Kevin J. Anderson y su esposa, Rebecca Moesta.

“A mí me criaron de esta manera, amando la lectura, desde los 4 años de edad”, dijo Fernando.

El programa de lectura de verano es administrado en el Learning Center de Vista Unified, en North Santa Fe Avenue, junto a la Vista Academy of Visual & Performing Arts. La directora del programa, Mireya Pérez, dijo que no es raro que algunos estudiantes les lean libros en ingles a sus padres y viceversa. El Learning Center está construido pensando en las familias y exhorta a los adultos a participar, así como a los niños.

“Todos los estudiantes tienen a alguno de sus padres aquí – que es cómo promovemos el aprendizaje familiar”, señaló Pérez. “Usted no puede venir y simplemente dejar a su hijo”.

En su escritorio hay pilas de libros nuevos, incluyendo The Wall, de Eve Bunting; When I was Young in the Mountains, de Cynthia Rylant; y The Story of Ferdinand, de Munro Leaf.

Las escuelas primarias del distrito han enviado libros para ayudar a apoyar el programa, y algunos títulos más viejos se les dan a los estudiantes a quienes se les permite quedárselos. Estos... así que podemos donarlos a las familias que lo necesitan”, expresó Pérez. “En nuestro caso, cuando las estanterías están vacías, es bueno”.

El martes pasado, Natalie Avilez, directora del programa de aprendizaje familiar en la escuela primaria Beaumont, fue la lectora invitada de una docena más o menos de niños encaramados encima de almohadones en el piso, listos para escuchar su lectura del The Great Fuzz Frenzy de Janet Stevens y Susan Stevens Crummel.

Fernando y su hermana menor, Isabella, se acurrucaron con sus almohadillas de cuello con dibujos de Spider-Man para escuchar el animado cuento de una pelota de tenis que cayó en la madriguera de un perro en una pradera en Texas.

Los niños se reían mientras Avilez les leía sobre el comportamiento de los perros de la pradera y de cómo rasgaban la pelusa de la pelota de tenis.

Carmen Cortez, la mamá de Fernando, dijo que la lectura ocupa un lugar muy importante en su familia.

“Mi mamá hizo lo mismo y ella me leía, y eso es lo que yo quiero hacer con mis hijos”, dijo Cortez.

Dijo que el apetito voraz de su hijo por los libros es inspirador y ha contagiado a su hermana pequeña. “Cuando viajamos en el coche, él trae consigo un libro para leer”, dijo Cortez. “Quiere ser un escritor”.

Isabella ha leído alrededor de 400 000 palabras este verano, incluyendo varios de libros de The Magic Tree House, que tiene como tema central una manada de niños que se esconden en una casita arriba de un árbol para leer acerca de libros y luego son transportado a los lugares místicos de los que están leyendo en los libros.

“Me gusta porque se trata de un montón de niños que les gusta leer” dijo ella.

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