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Pandilleros podrían recibir pena de muerte

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Comenzó el juicio por asesinato contra cuatro jóvenes que están acusados de disparar matando a dos jóvenes e hiriendo a otros dos en un parque de Oceanside el año pasado.

Martín Meléndrez, de 23 años; Santo Díaz, de 20 años; Michael Zurita, de 20 años, y Kevin Brizuela, de 18, están acusados de las matanzas de marzo del 2013 en Libby Lake Park.

Aunque la policía y la fiscalía han dicho que las balaceras fueron motivadas por rivalidad entre pandillas, las víctimas, Melanie Virgen, de 13 años, y Edgar Sánchez, de 15 años, y los dos muchachos heridos, que tenían 17 y 18 años, no tenían nada que ver con ellas.

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Después de escuchar los testimonios durante la audiencia preliminar que comenzó la semana antepasada, el juez del Tribunal Superior de Vista, Sim von Kalinowski, determinó que se habían presentado suficientes pruebas para que el caso fuera a juicio.

La abogada alterna de distrito, Christine Bannon, ha dicho que los acusados emboscaron a las víctimas en territorio de pandillas rivales. Los cuatro adolescentes estaban sentados poco antes de las 9 p.m. en la punta de la colina en el parque cerca al homenaje improvisado hecho en honor a otras víctimas de un homicidio previo.

El jueves pasado Bannon argumentó que el caso se basa en información proporcionada por testigos así como de muchas otras piezas de pruebas circunstanciales. Un testimonio clave ha sido un testigo que le dijo a la policía hacer escuchado a los jóvenes armarse para ir tras sus rivales y luego los escuchó hablar de la balaceras después. Algunos admitieron tener miedo a dar información a los investigadores por miedo a represalias.

“Me da miedo lo que le pasa a la gente cuando da este tipo de información”, dijo un testigo al agente del FBI en un entrevista grabada. Después de unas cuantas preguntas más, el agente respondió: “La cosa termina en esto. Es tu trasero o el de ellos”.

Bannon dijo que registros telefónicos, pruebas balísticas y artículos confiscados de las casas de los acusados corroboraron el testimonio del testigo junto con información ofrecida a investigadores por los mismos acusados.

Los abogados defensores argumentaron que las declaraciones de los testigos a veces eran inconsistentes y no deberían de confiar en ellos. La defensora público alterna Sherry Stone argumentó que no había prueba que su cliente, Díaz, había tomado una pistola o que había disparado en el parque. Pero la fiscalía y el juez indicaron que eso no importaba bajo la ley estatal porque ya que los acusados están enfrentando cargos de haber participado en una balacera relacionada con las pandillas callejeras, podría determinarse su culpabilidad por las muertes.

Además de los cargos de asesinato e intento de asesinato, los acusados se enfrentan a acusaciones por pertenecer a pandillas y uso de armas. Dadas las acusaciones por la circunstancia especial del múltiple asesinato, tres de ellos podrían enfrentarse a la pena de muerte. La Oficina de la Fiscalía todavía no ha anunciado si pedirá la pena de muerte o la cadena perpetua sin libertad condicional para Meléndrez, Díaz y Zurita. Brizuela al tener 17 años en el momento de la balacera, no califica para la pena de muerte si se le determina culpable; sin embargo, sí pudiera ser condenado a cadena perpetua.

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