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Fallece empresario pionero de Tijuana

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Durante la época dorada de la avenida Revolución, la tienda de curiosidades de Don Natán Artenstein, era una parada obligada para los miles de turistas estadounidenses que visitaban a Tijuana.

Artenstein fundó Emka Curios Shop en 1954, convirtiéndose en uno de los comerciantes pioneros cuando la Revu estaba en uno de sus mejores momentos. Eran los tiempos de apogeo no solo de la emblemática calle, sino también de lugares históricos como el hipódromo y el Jai Alai.

Natán Artenstein falleció a los 85 años el 30 de junio por la tarde en su casa en Chula Vista a causa de un paro cardiaco. Con su muerte, se va un trozo de la historia de la Tijuana del ayer.

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“Él representa una época muy interesante en Tijuana, una época muy pintoresca”, dijo su hijo mayor, Isaac Artenstein. “Mi papá fue parte de una Tijuana llena de dinamismo, con una visión muy positiva. Era un tiempo de oportunidad para todos los tijuanenses”.

Natán Artenstein nació el 3 de octubre de 1928 en Esperanza, Sonora. Llegó a Tijuana en 1952 como representante de una fábrica de artículos de piel de la Ciudad de México. En Tijuana conoció a Sara Najmías, quien fue su esposa por más de 60 años.

Durante su tiempo como empresario, Artenstein fue muy activo en la Cámara de Comercio de Tijuana y con sus esfuerzos logró que llegaran los primeros autobuses turísticos desde Anaheim.

“Inauguró una nueva época en la industria turística que resultó en una importante derrama económica para la ciudad por muchos años”, indica una semblanza compuesta por la familia Artenstein en memoria de Don Natán.

Fue hijo de inmigrantes polacos judíos y su cultura fue siempre una presencia poderosa en su vida. Como miembro fundador del Centro Social Israelita contribuyó mucho a la integración de esa comunidad, cultural y socialmente, en ambos lados de la frontera.

“En todos los aspectos de su vida se reflejaba su fe judía”, afirmó el Rabino Mendel Polichenco, quien solía visitar la tienda de Artenstein sobre la Revolución para rezar juntos. “Él trataba a la gente como igual sin importar su clase social ni económica. Tuvo una fuerte presencia entre la comunidad judía”.

El testimonio de Artenstein quedó plasmado en el documental Los judíos de Tijuana, dirigido por su hijo Isaac.

Su carácter dicharachero, carismático, lo convertían en el centro de las reuniones, indicó Augusto Muniesa, un empresario que fue amigo de Artenstein por más de 50 años.

“Lo vamos a echar mucho de menos”, dijo Muniesa, quien también radica en Chula Vista. “Irradiaba tolerancia, lealtad, carisma. Era un hombre alegre que no tenía enemigos. Cuando nos reuníamos con los viejos amigos para platicar, Natán era el pregonero de Tijuana. Era como el periódico del antiguo Tijuana”.

Aún cuando se mudó a Chula Vista en los 1960 cuando sus hijos eran adolescentes para que estudiaran en Estados Unidos y que cerró su tienda sobre la Revolución a principios de los 1990, Artenstein seguía enamorado de Tijuana. La semana anterior a su muerte había visitado su querida ciudad.

“A él le encantaba ir a Tijuana y ya de muy grande iba a comprar su pan, sus tortillas, su queso panela”, dijo su hijo Isaac.

Don Natán Artenstein deja de luto a su esposa Sara, a sus 6 hijos, 15 nietos y un bisnieto.

Pero además de su familia, Artenstein quedará en los recuerdos de muchas personas que lo conocieron a través de los años, amigos que lo reconocen como un pionero de la Avenida Revolución en Tijuana.

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